Por Marga Gutiérrez del Arroyo.
El adolescente ya no es un niño con necesidades de niño: ya no necesita la aprobación ni el consentimiento de sus padres para hacer muchas cosas, y ha alcanzado un nivel psicológico, emocional, físico y social que le permite empezar a tomar sus propias decisiones y analizar la realidad desde su propio punto de vista.
Toda familia con un hijo adolescente se enfrenta a un “crisis”: hasta ahora ha habido una dinámica familiar compuesta por normas y roles que ha funcionado de la mejor manera posible. Sin embargo esa dinámica sufre un cambio con la llegada de uno de los hijos a la adolescencia.
El adolescente ya no es el niño que sus padres y maestros le han dicho que es: en este momento va a intentar definirse con lo recibido y pero también con sus propias elecciones y experiencias, y así poco a poco irá construyendo su identidad, separándose poco a poco de la familia de origen y convertirse en un individuo completo y autónomo. El adolescente vive rápido: quiere formar parte de una realidad de la que hasta ahora solo ha sido observador. Vive en el AHORA.
Se tratará un largo camino, lleno de contradicciones y emociones opuestas, pero esta construcción vendrá marcada en gran medida a partir de la relación con los otros y de cómo se vincule con los demás.
¿Cuáles son las “tareas” que debe cumplir todo adolescente para poder adentrarse en la edad adulta de una manera saludable :
- Narcisismo: El adolescente se afirma a si mismo a partir de negar el orden establecido y las personas que lo componen (“No” a las normas vigentes hasta el momento, “No” a la relación establecida con sus personas de referencia, etc.).
- Autoridad: El adolescente cuestiona todo tipo de autoridad: padres, maestros, política, etc. Como búsqueda de un lugar en el que poder situarse (diferente al que ocupaba hasta el momento).
- Sociometría: El adolescente se identifica con sus iguales y busca referentes en ellos. En la medida que encuentre un lugar en el grupo y perciba afecto y aprecio de ellos, su identidad social irá tomando forma. Es una oportunidad para poner en práctica las habilidades sociales que ha ido aprendiendo a lo largo de la infancia.
- Sexualidad: La búsqueda de la propia identidad también viene de la mano de la autoexploración y de la exploración del otro. La sexualidad en la adolescencia es una tarea fundamental para la autoestima y el desarrollo afectivo con los demás.
- Separación-Individuación: El adolescente necesita separarse de la familia de origen (en la medida que pueda): esto es un distanciamiento temporal de los padres, como camino a la individualidad.
Estas tareas traducidas a conductas de la vida diaria pueden mostrar ejemplos de reafirmación, autonomía e independencia, transgresión, rebeldía, rechazo de la ayuda del adulto, búsqueda de sensaciones nuevas, necesidad de nuevos valores y necesidad de pertenencia al grupo.
Como padres debemos saber dar a los niños lo que necesitan, y no lo que piden.
Marga Gutiérrez del Arroyo es una de las Psicólogas Infantiles del Gabinete Psicológico ‘Aprende a Escucharte‘ en la calle Alonso del Barco nº 7, en Madrid